Sin adelantarnos a las conclusiones del
debate, consideramos que es primordial la ética y los principios morales en los
nuevos profesionales, puesto que vivimos en un país que aplaude al mas “vivo” y
orgulloso de “la malicia indígena”, pero si nos detenemos y vemos de manera
objetiva, sabemos que normalmente este tipo de conductas va en contra de los
principios éticos y aún en contra de la leyes que rigen la sociedad.
Por esta razón, desde la academia se debe reforzar la ética más aún en
el ejercicio de la profesión, pues sobre los profesionales estarán puestos los
ojos de su familia, de sus superiores, de sus colaboradores y de la sociedad en
general, que esperan de él una persona integra, que rescate en la sociedad los
principios morales y que sea un modelo a seguir.
Por otra parte, tenemos que mitigar el daño al medio ambiente, en todos
sus aspectos, como son las fuentes hídricas, los suelos, la atmosfera y las
diversas especies de flora y fauna, entendiendo que esta es la mayor riqueza de
nuestro país y de la humanidad, por ende, somos responsables de su cuidado y
preservación.
Estos
dos factores, la ética y el medio ambiente, aplicados en el ejercicio de
nuestra profesión en lo que hoy conocemos como Responsabilidad Social
Empresarial, garantizaran la sostenibilidad de los ámbitos que impacta la RSE (económico,
ambiental y social), cuando la RSE se desarrolla de manera adecuada se obtienen
ganancias, en lo que antes era un gasto, lo que beneficia a los accionistas, a
los colaboradores, a los proveedores y clientes, al medio ambiente, a la sociedad
y el país donde la empresa desarrolla sus operaciones. De ahí la importancia de
la ética, el medio ambiente y la responsabilidad social en los profesionales de
hoy.
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